Ver para no creer

 

Un hombre de aspecto místico ve la imagen de su amada muerta en un cuadro abstracto de una exposición. Una mujer que no la ve, lo compra convencida de que junto a su marido podrían verla. El pintor pinta otro cuadro exactamente igual y se lo regala a la empleada que cuida a su padre en el geriátrico, pero como ella es la hija de la compradora y novia del que dice ver la imagen en el cuadro, en la escena final, en la que participan el místico, la empleada y el pintor, se desata una crisis reveladora.

VER PARA NO CREER