- La tragedia acecha expectante a la mínima distracción.
- Las grandes pasiones terminan en tragedia o desvirtuándose.
- La paradoja del escritor: necesita la soledad para poder comunicarse.
- La omnipotencia es la máscara de una frustración: la conciencia no accede al auto-conocimiento.
- La compasión aísla, porque duele el dolor del otro, que no es el nuestro.
- Si llamáramos prudente al cobarde y temerario al valiente, podríamos decirle concupiscente al corrupto y tempestuoso al asesino.
- El caminar es una sucesión de desequilibrios.
- Astucia: habilidad faltante cuando somos descubiertos al mentir.
- Ambición: Virtud inversamente proporcional a nuestra capacidad y directamente proporcional a nuestra inseguridad.
- El pensamiento es unidimensional, los sentimientos se expanden en muchas dimensiones.
- El heroísmo se acuna en brazos de la desesperación.
- El presente se agota en la acción.
- La vejez comienza cuando se teme a la enfermedad como una antesala.
- La diferencia entre la espera y la esperanza reside en que la primera está despojada del deseo.
- La conciencia como una actitud del yo para que se produzca el encuentro entre las sensaciones y las emociones con las palabras.
- El amor se escurre entre las grietas de la rutina.
- Porque no puedo ser lobo, ni quiero ser cordero, sólo me queda ser yuyo rastrero, para morir y renacer a cada instante.
- El silencio de los corderos me asusta más que el aullido de los lobos.
- La verdad encapsulada se traga más fácil.
- Polisemia: excusa de intrigantes.
- El concepto roza la esencia, la palabra la banaliza.
- La memoria es rescatista y sepulturera a la vez.